Cabalga a tu Dragona

Falta de maestras aquí, acudí al regazo de la Sabiduría, que me acogió como Hija Amada en su Templo Rojo.

Es difícil poner palabras a lo que se halla más allá del velo y por eso se hace urgente intentar el modo. Convertirse en la reunificación de todos los fragmentos de nuestra alma, traerlas de vuelta de todas las esferas y dimensiones, ser completa.Ya casi nadie cae postrado ante tu exaltada y devastadora belleza. No te ven.

Ese día besé el suelo como lo hacen las enamoradas. El yo, disuelto en tu arrobo, soltó las riendas, y las manos que las tomaron eran nuevas y arrojaban fuego. Esmeraldas puras del fondo de la Tierra formaron un holograma en la palma que quería instruirme en la Energía y su manejo.

Aprendí

Sané

Y supe que la Sanadora nos había acompañado en y desde el Origen (si es que hay un cuándo). Eso también lo habíamos olvidado o actuábamos como si tal cosa. El Druida entonó, como siempre que le visitaba, una canción de la Gran Historia, “….Gran Dama Azul del Lapislazuli, perdona a tu pueblo…” repetía con el corazón en la voz, una y otra vez.

Lagrimas vinieron, lagrimas rodaron. A su casa también se iba a derramar Lagrimas de Amor. Vi los muslos manoseados, arañados, profanados…ropas que se rasgan, huida infructuosa…Y sabía que en lugar de lamentar, tocaba perdonar. La lógica no servía, perdonar lo imperdonable era posible. Ella degradada, ella tergiversada…Y Ella perdonando. No sabían Ver que la Iniciación que tú brindadas, se hallaba más allá del cuerpo, más allá del instinto, más allá del deseo.

Parecía cuerpo, instinto y deseo, porque eran las esfinges que había que atravesar para entrar en la Camara Nupcial. Solo un gran amor podía brindarse a tal cometido.

Ejecutar la danza y domar a la bestia, aún a riesgo de ser devorada.

Cabalgar el dragón de fuego.

Dejaron de brindarte la protección que tu tarea exigía, pero no hay culpables. Nunca existió un por qué, sino un para qué. Tú no podías ser muerta. Renacerías en otras, de nuevo, hasta estar preparada para perdonar. Hasta no ver falta en los corazones de los hombres, sino solo Ignorancia.

Fue la Ignorancia la que engendró el Pecado Secundario. Perdónalos, Gran Dama Azul del lapislazuli, porque no sabían lo que hacían.La canción cesó cuando la Historia descendió y fue recordada para ser liberada. Una sola frase sirvió para dar con toda una vida. Así funcionaba, era necesario Ver para trascender. Bendije las Visiones enviadas que me estaban transformando. Después de ejercitarla por años, ahora la Visión y el Cometido se habían unido.

En un mundo que tacha de dementes a los Visionarios, y secuestra la palabra para otorgarla a los apolíneos, no tenía ningún sentido.

En el mundo que yo habito, lo improbable es posible y la Magia aliada.

Después, la Dama Roja perdonó….

…cabalga dragona