
Los vientos soplaban. La muerte rondaba. Los abuelos cantaban.
Primera hora de la mañana. Bastón en mano, el viento agitaba su cabello blanco, sus ojos azules refulgían como estrellas. La mismísima Cailleach, llamaba a mi puerta.
Venía con un mensaje de la vida es para vivirla. “En Francia fui feliz”, me decía. Segunda parte de la mañana, noticia funesta, su amor se ha ido.
Diosas del Destino tejiendo las hebras. Hilos enhebrados, entretejidos. Hilos medidos, hilos cortados.
Cailleach clamaba por la injustica, al mismo tiempo que bendecía su mutuo amor. Todo a la vez. Desgarro y luz. Había que decidir qué llevarse, una prenda, su olor. El olor aliviaba su dolor.
Al final de los finales, las cosas no importaban. Mujer Esqueleto era el amor de los que recuerdan a otro. El esqueleto de las cosas era ese Recuerdo. El amor que sintieron, los recuerdos que crearon, la gratitud o el fracaso, cuentas pendientes o asuntos resueltos.

Última hora de la tarde, mi madre: Tu abuela ha fallecido. Y sólo podía pensar en la canción que me cantaba las últimas veces. A viva voz; María de la O. Y lo en lo que me había contado; “En Francia fui feliz”.
Los vientos soplaban. La muerte rondaba. Los abuelos cantaban.
María de la O, El manuscrito de O, la otra María, la que llora en el relato, el punto cero: Magdalena.
“Yo también fui feliz en Francia”

El día de ayer parecía titularse; Lo que el viento se llevó. Hoy el viento ha cesado y al comprobar lo que quedó: A la Diosa pongo por testigo, que no volveré a pasar hambre de alma.
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Comprender que la Diosa de Yule es Cailleach, (Abuela Invierno) que teje los destinos, está asociada con los vientos, porta bastón, nos recuerda lo importante; el esqueleto de las cosas, nos desnuda de todo forma, nos transforma para renacer, rige el espíritu, tiene como símbolo una rueca que es la Rueda de la Vida y unas tijeras para cortar el hilo que nos conecta a ella: no cambia nada de lo que ocurre, ni trae de vuelta a los que se fueron.
Pero me permite comprender lo inmenso en lo pequeño. Lo majestuoso en lo cotidiano.
Me permite vivirlo con plenitud.
Me permite alimentar el alma, darle una canción.
Sofía Gutiérrez
